Confesiones de verano

SÍ, ES VERDAD, NO ME GUSTA EL ASADO.

Esos pedazos de carne tan carnosos ahí tirados en el plato, esperando a que luches con ellos con un tenedor y un cuchillo ( más las manos y tus filosos dientes), para que le salga toda esa sangrecita, o no, depende cómo la hayan cocinado obvio; pero de todas formas, esa consistencia tan tan, tan carne.

Ese olor que todos suelen disfrutar, o padecer por no ser de su propia parrilla; ese olor a "mmm qué olor a asadito", ese olor, no me atrae ni un poco, NO me gusta che, qué se le va a hacer. 

Y la sensación post asadito ( porque sí comí asaditos), sensación de soy una vaca, me convertí en vaca, o en lechón o en cabrito, según lo que se haya mandado el asador, esa te la regalo. Superpesadas personas, todas repletas de carne; no se cómo no empieza a salir carne de los poros, o de los ojos, cual pomo de dentífrico desbordante. Chinchulines por las orejas. No vaya a ser que sobren pedacitos de carne, o  huesitos sin chupar (bien aceitosos), porque aunque reventemos como una morcilla reventada, nos lo vamos a comer igual.

Y está perfecto che, porque me gusta ver las situaciones familiares, o  amistosas, o ambas,  rodeadas de ese ambiente parrillero; porque a todos les gusta, así que todos son re felices, y eso está muy bueno. A mi no me gustará, pero siempre estarán los que lo sepan y me preparen algo aparte, o sino me las arreglo con las ensaladitas, que siempre suelen ser muchas, y no tan codiciadas como la carne, así que depaso me evito ciertos pleitos. Así que no te preocupes si no como el asadito, no me lo preguntes cincuenta y dos veces,  porque ni mi opinión y menos mi gusto, van a cambiar la tercera vez que me lo preguntes, y menos la vez cincuenta y dos, y aunque no lo creas igual la estoy pasando bien ( si! sin carne!), y soy una chica saludable que si no come hasta morir un día, puede seguir viviendo, lógicamente. Igual te agradezco che.

 Y no soy vegetariana, ah no, eso si que no. Pero el asadito, no es lo mío. Así te la digo.