Bienvenidos al Tren

    

Un mundo imaginario lleno de ilusiones coloridas



Qué lindo quedarse en la cama cuando llueve . No, hoy no me levanto, hoy no salgo, hoy no quiero, porque hoy, llueve. Razón suficiente para que no existan los cargos de conciencia, malditos taladritos cerebrales.  Y ahí va nomás, que apagás el aparato que está dele que dele con el titititiiti,y  ya está, caput. Silencio. Lluvia, gotas, una , dos , tres , miles. Una ventana de paisaje gris, por donde, desde tu lugar en la cama, ves aparecer todos esos pensamientos que vienen de la mano de los días de lluvia. Ahí quietito y enrroscado como estás entre el  revoltijo de sábanas, ahí quietito vas de acá para allá, hasta que momentáneamente lo único que importa es la lluvia. Mirala y sentila, es tuya, se está amoldando a vos, que estás ahí en la cama, y estás allá en la cama de alguien. Entra en vos  y recorrés todo lo que ella recorre. Momento de multiplicarse, de llegar a donde nunca llegaste, de saber que desde la lluvia podés sentir mucho, pero tuviste que unirte a ella. Momento de saber que desde la cama sentís pero no hacés. Momento de saber que esas cuatro paredes no son más que tus cuatro paredes, y la ventana no te salva. Momento de que sepas que podés sentir, pero para hacer vas a salir; vas a ser gota en todas esas personas, cuando salgas y hagas; y no te preocupes , que nunca vas a dejar de sentir. Qué lindo quedarse en la cama cuando llueve, los que tenemos esa cama lo sabemos. Salí para que todos lo sepan.

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