Y te tuviste que ir, te fuiste a dar una vuelta nomás, porque yo se que volvés. Si, lo se bien, siempre volvés, aunque vos no quieras, no lo intentes; volvés. A veces me quedo esperándote despierta, veo que amanece y no me queda más opción que dormirme. Si no llegaste hasta entonces, se que mientras duerma vos vas a venir, te vas a acercar, vamos a respirar el mismo aire. Y cuando no te espero, aparecés igual; eso siempre me sorprende, sabés que me gusta, pero no deja de tener ese gusto amargo; justamente, es inesperado. Quizás no era el mejor momento para que vos vuelvas, yo dejaba de necesitar tu presencia, pero si la siento una vez más, todo empieza a ser como antes. Ahí está el problema, lo de antes es lo de antes, ¿entendés?, porque yo no. Quiero entenderlo y no puedo, por eso aparecés…
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